LOS HÉROES ESPAÑOLES DE FRANCIA
Foro de Cultura de Defensa
Ya no es Astérix el héroe galo por excelencia… Ahora, lleva nombre español.
Sus apariciones públicas se cuentan con los dedos de una mano y aún sobra alguno en el recuento.
Y casi mejor, porque cuando lo hacen es porque la situación es crítica y se precisa del mejor cirujano, capaz de extirpar un tumor sin causar daño al cuerpo enfermo. LLEGAN, ENTRAN, ACTÚAN Y SALEN. Rápido, limpio, eficaz,
discreto y contundente. La Fuerza de Guerra Naval Especial (FGNE) de la Armada no se anda con chiquitas. No puede, la situación nunca lo permite. Para eso se entrenan meticulosamente, muy duro,
en situaciones extremas, tanto en el mar como en la costa o la montaña.
Fue una operación “de película”, pero el Gobierno español, por causas desconocidas, no le dio la merecida
publicidad.
Pues este Foro SÍ quiere dar la más que merecida publicidad –injustamente negada- a semejante hazaña:
Capitán de Infantería de Marina Rafael López de Anca.
Cabos Primeros de Infantería de Marina Raúl Jiménez García y Fernando del Monte Oliva.
Cabo de Infantería de Marina Christian Fernando Lozada.
Infantes de Marina Diego Fernando Gallego y Miguel Moro Piñol.
Son nombres que DEBEN ser recordados.
Esta gran operación de la Armada es un relato con tres prólogos: El primero está en el puerto de Adén (Yemen), de donde partió
el matrimonio francés Colombo, rumbo a Tailandia, para continuar con su vuelta al mundo a bordo de un catamarán. Habían iniciado este proyecto a fines de 2008, cuando vendieron todas
sus pertenencias en pos de este sueño. Según “Le Figaro” Christian, de 55 años, miembro retirado de la marina gala, conocía el enorme peligro de las aguas en las que se adentraba. Ambos narraban su peripecia
en un blog.
El segundo foco es la piratería somalí, un tipo criminalidad en continuo crecimiento. Si en 2005 apenas se registraron 35 ataques, sólo en Enero de 2011 ya superaron esa
cifra. En el último lustro se ha multiplicado exponencialmente su radio de acción, así como la duración de sus secuestros y el coste exigido por los rescates.
“Podemos seguir intentando atajar la piratería
en la forma que se está haciendo ahora, de hecho está dando buenos resultados, pero en buena lógica para solucionar el problema hay que actuar sobre la causa fundamental del problema: La inestabilidad del país”.
Y
el tercer punto de partida es Rota, de donde zarparon el 19 de Agosto de 2011 los 235 efectivos de la dotación del Buque de Asalto Anfibio “Galicia”, comandados por el capitán
de navío Juan Cornago. Su misión: Incorporase a la Operación Atalanta de la Unión
Europea en aguas del Índico.
En un punto del océano se entrecruzó el destino de todos ellos, cuando el Jueves 8 de Septiembre los piratas somalíes atacaron
el “Tribal Kat” (así se llamaba el catamarán del matrimonio francés), que se encontraba a 216 kilómetros de Adén, camino a Malasia…
“La principal embarcación de los piratas es el “skiff”, de fibra, de unos siete metros de longitud, lo que sumado a uno
o dos motores fueraborda las hace muy rápidas. Una vez que el objetivo es elegido, se aproximan a la máxima velocidad por la popa o por los costados. Un “skiff” efectúa disparos de advertencia con fusilería, mientras
el otro “skiff” equipado con una escala intenta abordar el barco por la otra banda. Si lo consigue, se desplazan rápidamente al puente de gobierno y se hacen con el control del buque, pero lo que de verdad buscan es hacerse con rehenes.
De hecho, en los buques que han sido asaltados y la dotación consigue encerrarse, los piratas terminan abandonándolo”.
Ese mismo día, la fragata alemana FGS “Bayern” recibe por radio una llamada de socorro del catamarán. La embarcación germana llega hasta el lugar donde se encontraba el catamarán francés. Descubren sobre la cubierta agujeros de bala y rastros de sangre, pero no hay nadie a bordo: Los secuestradores habían tomado el barco y habían asesinado a Christian cuando éste trataba de proteger a su esposa,
Evelyne Colombo. Los piratas arrojaron por la borda el cadáver del hombre y subieron a la rehén
a su esquife, alejándose del lugar.
El “Galicia”, que se encontraba en el área del incidente, detectó poco después en su radar un esquife aproximándose a gran velocidad hacia su posición. Tras contactar visualmente
con él, uno de los dos helicópterosSH3D despega para reconocer la embarcación desde el aire. A bordo va también un equipo de la FGNE (Fuerza de Guerra Naval Especial): Infantes de Marina.
Boinas Verdes de Operaciones Especiales.
Llega así el punto clave de la operación: Cuando el helicóptero se acerca al esquife, los piratas realizan varios disparos intimidatorios. Los secuestradores descubren a la rehén francesa,
que estaba oculta bajo una manta. Le apuntan con sus rifles a la cabeza, mientras la mujer permanece con los brazos en alto. El equipo de Operaciones Especiales recibe desde el “Galicia”
la orden de disparar al motor de la embarcación pirata, que queda inutilizado… Pero los secuestradores
colocan un propulsor de repuesto.
El soldado repite la operación y alcanza, de nuevo, el motor del esquife. Certeros disparos al blanco que requieren de una extraordinaria habilidad y un equipamiento de última tecnología (se valieron
para ello de visores especiales). La coordinación entre el encargado de disparar y el piloto es extraordinaria. Éste logra situar al tirador en una posición adecuada y mantiene el aparato, a su vez, fuera del alcance del enemigo. “Hacer
esta maniobra con éxito, bajo la presión con la que actúan hoy las fuerzas armadas, con el movimiento del esquife al superar las olas y la oscilación del propio helicóptero, requiere una enorme pericia y muchas horas de esfuerzo
y entrenamiento”, apuntan fuentes de la Armada.
Durante el tiroteo, tres de los siete piratas resultan heridos
de bala. Aprovechando la confusión, la rehén logra zafarse de su captor y se lanza al agua. Los secuestradores hacen señas de rendición y el
helicóptero se aproxima a la embarcación.
“El momento más peligroso
fue justo en el que liberamos a Evelyne, que duró tan solo 45 segundos. Hubo un altísimo riesgo. También hubo otro momento crítico durante la recuperación de las embarcaciones a bordo, ya era noche oscura y el mar empeoró”.
El jefe de la unidad de operaciones especiales se lanza al agua para socorrer a la rehén, que es finalmente puesta a salvo:
“Cuando la embarcación se aproximó, los piratas abrieron fuego y nuestro equipo realizó disparos de advertencia. Inmediatamente después, varios presuntos piratas mostraron sus AK-47 y abrieron fuego contra ellos, quienes
respondieron al fuego de manera precisa y proporcional. En ese momento algunos piratas se desplazaron a la banda opuesta al tiroteo, provocando una considerable escora que acabó en hundimiento. Evelyne cayó al agua, pero finalmente fue recuperada
a bordo por el comandante del equipo tras saltar al agua. Ni lo dudó. Ni se acordó de que llevaba un chaleco antibalas que no le dejaba flotar, hasta que pudo deshacerse de él. Cuando me dio la novedad a bordo se le notaba totalmente agotado,
pero con esa cara de satisfacción del deber cumplido”.
Las fuerzas armadas españolas hunden el esquife y una de las lanchas auxiliares del “Galicia” libera a la ciudadana gala y apresa a los siete piratas. Así culminó una de las operaciones de rescate más brillantes en aguas del Índico.
Posteriormente,
tanto Evelyne como sus captores serían trasladados a la fragata francesa “Sourcouf”.
The End
Pero más
allá de la acción, este éxito puede tener otras consecuencias de cara al futuro. “Se ha demostrado que hay que darle más confianza a las Fuerzas Armadas, porque están
entrenadas y capacitadas para resolver estas situaciones”, afirma Ángel Tafalla, almirante retirado, ex segundo jefe del Estado Mayor de la Armada y del Mando Marítimo OTAN de Europa Sur hasta el
2007. Y Añade: “Si hubiera salido mal, que es algo que nunca puede descartarse, el apoyo y la confianza debería ser la misma”. El marino contrapone la operación con la actuación en el secuestro del “Alakrana”, cuando la dotación del helicóptero de la Armada no pudo impedir la huida del último esquife del atunero vasco, ya que sólo
tenía autorizado fuego intimidatorio, pero nunca a dar, pues había miedo de que pudieran ser acusados de homicidio. “Hay que actuar para preservar el bien de todos, no el de unos pocos… y en este caso, en contraste con lo ocurrido
en 2009, las órdenes han sido las adecuadas”. La diferencia de raíz está, según Tafalla, en que “ahora no se ha tratado a la Armada en el Índico como si su función fuese la del cuerpo de policía,
sino como a soldados, es decir, con el objetivo básico de neutralizar al enemigo”. En paralelo, el experto considera que con la entrega de los secuestradores a Francia se avanzará hacia el fin de “las limitaciones legalistas
que tanto lastran la eficacia militar de las operaciones antipiratería”. En numerosas ocasiones los piratas son devueltos a Somalia tras ser capturados. Ahora “han sido entregados a la justicia francesa donde está asegurado
el debido procesamiento y condena, tanto por secuestro como por el asesinato de un ciudadano francés”.
Pero de cara al futuro, Tafalla cree que hay que forjar una alianza internacional que pueda eliminar definitivamente la impunidad con la que
actúan los piratas. “No sería la primera vez que ocurra en la historia, las naciones deben coaligarse para garantizar la libertad de tránsito en los mares”.
Los militares que desarrollaron la operación
recibieron las felicitaciones de la cúpula militar de la Armada, así como el reconocimiento del presidente francés Nicolás Sarkozy, quien hizo llegar a Zapatero una carta en la que agradeció: “La acción decisiva de la fuerzas españolas”
y expresaba: “Tengo que agradecerle por esta acción remarcable y poner en valor mi gratitud a los militares españoles que han participado. Esta intervención decisiva testimonia de manera concreta la eficacia y la profundidad
de la cooperación militar franco-española, especialmente en la operación europea Atalanta”. Sin embargo, existió en su momento cierto malestar –“indignación” dicen incluso algunos- por la “escasa publicidad” que ha tenido una operación –exitosa- de tal envergadura (paradójicamente, esta acción
apenas tuvo repercusión ni aviso en los medios de comunicación españoles y la difusión por parte del Ministerio de Defensa de España fue muy escasa. Mientras, en Francia ha sido noticia de primera plana junto a las conmemoraciones
del 11 de Septiembre y los informativos han abierto con ella).
El 19 de Septiembre, la dotación del “Galicia”
recibía un correo electrónico de Evelyne, reconociendo la eficaz actuación de los marinos españoles: “GRACIAS A VOSOTROS, A VUESTRA ACTUACIÓN Y A VUESTRA VALENTÍA
TENGO UNA SEGUNDA OPORTUNIDAD EN LA VIDA, JAMÁS LO OLVIDARÉ… CON ESTAS PALABRAS “QUIERO AGRADECER A TODA LA DOTACIÓN DEL GALICIA QUE ME SALVÓ Y TAN BIEN SE OCUPÓ DE MÍ EN ESTOS MOMENTOS TAN DIFÍCILES.
GRACIAS POR HABERME ESCUCHADO, POR HABERME SECADO LAS LÁGRIMAS, POR HABERME APOYADO DURANTE ESA NOCHE CON VOSOTROS. MERCI, MERCI MERCI: ES TODO LO QUE QUISIERA DECIROS”.
Ésta fue una misión para vocearla a los cuatro vientos. Y de la que todos los
españoles deberíamos sentirnos sumamente orgullosos: Tenemos unas Fuerzas Armadas a la altura de las mejores y que nada han de envidiar a los hollywoodienses Navy SEAL. Es triste que el reconocimiento
viniera más del Gobierno galo que del propio. La acción constituye un éxito en las operaciones de rescate de rehenes, amén de destacar la capacidad profesional de la Armada
y su prestigio junto con dejar claro un secreto a voces que corre por todas las secciones de las Fuerzas Armadas, que episodios como el del “Alakrana” hubieran podido tener un desenlace distinto al vergonzoso que finalmente aconteció,
de haber dejado actuar a las unidades especiales. Ahora bien, por la ocultación sistemática de este éxito se corre el riesgo de ser olvidado junto a otros triunfos de la Armada contra la piratería. QUE EL ÉXITO NO SE OLVIDE.
Enhorabuena al Capitán D. Rafael López de Anca
(actualmente destinado en la Guardia Real) y a su Equipo de Infantes de Marina de la FGNE.
Si algún día, mi Capitán, llega a leer estas líneas, únicamente decirle que –personalmente, como ex Infante de Marina de la Cía.
“Mar Océano” (IV Promoción) y ex Boina Verde de la UOE- hubiera sido un privilegio y un inmenso honor servir bajo sus órdenes. (Fernando Mazarro Ciarán. Autor del artículo).
“ADMIRO A LOS QUE SIRVEN DESDE EL ANONIMATO” por Rafael López de Anca García, Capitán de Infantería de Marina (“La Razón”. 5 de Febrero
de 2012).
Mandaba
el equipo de la Fuerza de Guerra Naval Especial que rescató de manos de los piratas a la ciudadana francesa Evelyne Colombo, el 10 de Septiembre de 2011. Su equipo acometió una operación perfecta, de mucho riesgo, de combate contra los
piratas. Él, personalmente, se lanzó al agua en dos ocasiones para rescatar a la secuestrada, extenuada. Sarkozy le felicitó en persona y le agradeció su acción y la de sus hombres. Hoy mira aquellos hechos con humildad sincera
y con el agradecimiento y la admiración más grande por sus hombres.
“Soy
capitán de Infantería de Marina, he servido en operaciones especiales durante 5 años y, desde Diciembre, sirvo en la Guardia Real. Cuando sucedieron los hechos, estaba al mando de un equipo de la Fuerza de Guerra Naval Especial, la unidad
de operaciones especiales de la Armada Española. Navegábamos a bordo del buque “Galicia”, próximos a Somalia, participando en la operación de lucha contra la piratería que la Unión Europea mantiene en aguas
del Cuerno de África.
Dos días después de que la ciudadana francesa Evelyne Colombo fuera secuestrada en aguas de Yemen y su marido ejecutado durante el ataque, fuimos informados de la presencia de un contacto cercano a nuestro buque, probablemente
relacionado con el secuestro. Uno de los dos helicópteros de la Quinta Escuadrilla del Arma Aérea de la Armada que había a bordo dio muy meritoriamente con la pequeña embarcación. Los piratas mostraron como escudo humano
a una mujer blanca de mediana edad y la encañonaron con sus armas. La situación era muy comprometida. Efectivamente, se trataba de Evelyne.
Las órdenes nos llegaron minutos antes del ocaso. La tripulación del helicóptero
colocó a mi tirador en el lugar adecuado y éste detuvo el esquife haciendo unos disparos casi imposibles sobre los motores. Su actuación, al igual que la de la tripulación del SH-3D, fue absolutamente decisiva. Arriesgaron sus vidas
tanto como los demás. Mientras esto sucedía, nuestras dos embarcaciones se aproximaron al esquife. No dio apenas instrucciones. Después de la exigente selección, años trabajando juntos, interminables horas de intenso adiestramiento
y experiencia en despliegues anteriores, confiaba absolutamente en ellos y no fallaron. Me impresionó su tranquilidad. Cuando estábamos a escasos metros, los piratas nos hicieron fuego con varios AK-47. Los disparos alcanzaron la embarcación
de lleno. Devolvimos el fuego. A los pocos segundos, el esquife embarcó una gran ola y volcó. Todos cayeron al agua. Los de mi equipo sacamos a Evelyne tan pronto como pudimos y regresamos al Galicia. El equipo de mi teniente, en plena noche
y con mar gruesa, todavía fue capaz de permanecer allí y sacar del agua a los piratas que nos habían disparado.
Admiro a todos aquello que arriesgaron sus vidas para salvar la de Evelyne Colombo y hacer justicia con los asesinos
de su marido, especialmente a aquellos que continúan trabajando al servicio de España en el anonimato y nunca podrán ser reconocidos públicamente.
¡Con vosotros, al fin del mundo!”.
Le fue concedida la Cruz al Mérito Naval con Distintivo Rojo (concedida a “aquellas personas que con valor hayan realizado acciones en el transcurso
de una operación militar que pueda implicar el uso de la fuerza armada y conlleven unas dotes militares o de mando significativas”) y la Medalla de Oro de la Defensa Nacional Francesa por liderar la misión que rescató a Evelyne
Colombo (la acción fue considerada la primera Operación de Rescate de Rehenes jamás realizada por fuerzas bajo mando de la Unión Europea). Además, por su participación en esta operación, también recibieron
el diploma y se procedió a la lectura de la citación como Distinguidos en la Orden General los cabos primeros Raúl Jiménez García y Fernando del Monte Oliva, el cabo Christian Fernando Lozada y los soldados Diego
Fernando Gallego y Miguel Moro Piñol (acto presidido por SAR el Príncipe de Asturias, en el Tercio de Armada. San Fernando, 28 de Febrero de 2012).